Dentro de la mitología griega, tal como se denomina al conjunto de mitos y de leyendas que corresponden a los antiguos griegos y que versan sobre sus dioses, héroes, la naturaleza, sus cultos y prácticas rituales, Medusa, era un monstruo ctónico de género femenino.
Monstruo femenino que vivía en el Inframundo y que asustaba a mortales e inmortales por su capacidad de convertirlos en piedra
Cabe destacar, que en la antigua civilización griega, la palabra ctónico se empleaba para designar a aquellos dioses o espíritus propios del inframundo, que se oponían de plano a las deidades celestiales.
Mientras tanto, el llamado Inframundo era un lugar que disponía de una tremenda importancia a instancias de este conjunto de creencias griegas ya que allí se consideraba que iban las almas de los muertos; se trata de un concepto equivalente al popular “más allá”, más allá de la vida claro.
Aquí se juzgaban a las almas después del fallecimiento corporal y los malos eran castigados por su accionar. También se lo solía denominar como Hades o Tártaro
Hades era uno de los dioses más representativos de este lugar, era hermano de Zeus, por caso, tras la gran pelea con los titanes y la distribución del poder, a Hades le tocó el Inframundo. Allí convivía junto a su mujer Perséfone, la reina del Inframundo, hija de Zeus y de Démeter y que había sido raptada por Hades para que viviera con él.
Retomando la historia de Medusa, debemos decir que su principal acción era la de convertir en piedra a aquellos que posaban su mirada sobre ella.
Tanto los mortales como los inmortales le temían a esta criatura por esa capacidad de transformar en piedra a aquel que las miraba y recibía las chispas que salían de sus ojos.
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